viernes, 12 de julio de 2013

Cómo mejorar la circulación y evitar la celulitis

La celulitis, así como las várices, la hemorroides y la hinchazón de las piernas, son transtornos antiestéticos y además molestos.  Si bien es cierto, estos transtornos no son graves, sí afectan la vida de quien los padece.

Cada uno de estos males es provocado por causas diversas, sin embargo, comparten un denominador común:  la mala circulación de la sangre. Diversos estudios han comprobado, que aquello que comemos puede tener una gran influencia tanto en la prevención como en el alivio de los síntomas.


El corazón, las arterias, las venas, los capilares y la sangre forman el aparato circulatorio, el cual tiene como tarea proporcionar oxígeno y nutrientes a las células de nuestro cuerpo. El corazón bombea sangre oxigenada procedente de los pulmones y la impulsa a través de las arterias y los capilares hacia las células de todo el cuerpo.

Después de llegar a las células, la sangre retorna al corazón a través de las venas y se oxigena de nuevo en los pulmones. Por tanto, cualquier elemento que obstruya el paso de sangre por las arterias o las venas estropea la circulación sanguínea.

La causa más común de obstrucción arterial es la arterioesclerosis, la cual tiene lugar debido a la acumulación de colesterol, grasa y sustancias de desecho de la sangre. De no ser tratada a tiempo, la arterioesclerosis puede provocar un infarto.

Cuando la sangre está muy densa o espesa se pueden formar coágulos que impiden la normal circulación, esta condición se conoce en el ambiente médico como trombosis.

La mala circulación venosa puede producir también alteraciones menos graves pero también molestos como por ejemplo la celulitis, las várices y la hemorroides.

Causas de una mala circulación

La mala circulación sanguínea puede deberse a distintas causas, entre ellas:

  1. Consumir demasiados alimentos ácidos tales como huevos, quesos, legumbres, cereales, maíz, soya refinada, azúcar blanco, café, té, y chocolate. Ojo, no es necesario suprimir estos alimentos de tu dieta pues poseen nutrientes importantes para tu cuerpo, pero no debes consumirlos en exceso.
  2. La falta de vitamina E, la cual al ser liposoluble se encarga de evitar la acumulación de grasa en las venas.
  3. La falta de potasio, el cual contrarrestra el sodio y permite la eliminación de líquidos, lo cual favorece la circulación sobre todo en lo que se refiere a las piernas.
  4. El exceso de sodio, pues la sal tiende a retener agua y esto hace que la sangre se vuelva más espesa y dificulta su circulación.
  5. Una dieta pobre en fibra, pues esta se encarga de captar el colesterol y las grasas a nivel intestinal para luego ser eliminadas.
  6. Consumir muy poca agua. El agua es sumamente vital para el ser humano, y en este caso específico ayuda a que la sangre tenga una consistencia adecuada y por lo tanto circule bien.


La presencia de venas varicosas es un ejemplo de mala circulación. Estas se originan debido a la acumulación de residuos en sus paredes, derivando en falta de elasticidad y fragilidad. Sin embargo, esta condición puede aliviarse cambiando poco los patrones alimenticios y el estilo de vida, es decir, agregando alimentos que beneficien una buena circulación, eliminando o reduciendo el consumo de aquellos que la pueden desequilibrar y ejercitando más.

Factores y síntomas de una mala circulación

Los factores de una mala circulación sanguínea son los siguientes :


  • Colesterol alto
  • Sobrepeso u obesidad
  • Diabetes
  • Presión arterial alta, 
  • Tabaquismo o fumar
  • Una vida sedentaria
  • Enfermedades cardiovasculares.

Todos estos factores pueden ser mejorados mediante una dieta correcta, un poco de ejercicio y la eliminación del consumo de tabaco.

En cuanto a los síntomas de una mala circulación, a continuación los enumeramos :

  • Pesadez en las piernas
  • Manos y pies fríos
  • Calambres por las noches
  • Exceso de sudoración
  • Sensación de ahogo
  • Náuseas
  • Mareos
  • Letargo y/o somnolencia.


Ahora que conocemos las causas y factores de una mala circulación, pongamos manos a la obra evitando  excesos de grasa, sedentarismo, fumar, etc y empecemos a cambiar los malos hábitos por los que conviene como son consumir más vitamina E, más fibra, más verduras y frutas y por supuesto mucha, mucha agua.

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